Vivimos en tiempos de incertidumbre. Atrás quedaron las certezas, las consignas

inequívocas, el mundo dividido en bloques ideológicos. Las revoluciones se fosilizaron, el

neoliberalismo triunfó—al menos por un tiempo—y el fascismo está resucitando. El cine

militante de la segunda mitad del siglo XX parece imposible para algunos en una sociedad

tan atomizada como actual. La historia demostró no ser una fuerza que siempre se mueve

hacia adelante. En este contexto surge un nuevo cine: películas que no renuncian al

compromiso político pero que sospechan de los viejos grandes relatos y, por supuesto, de

sus formas narrativas y de representación. Este programa presenta un conjunto de

documentales de diferentes partes del mundo en los que una generación amplia y

relativamente joven de cineastas renueva la tradición del cine político desde una

perspectiva poética, oblicua y subjetiva. Esta generación, testigo de los fracasos y victorias

políticas de sus padres, abandonan la confianza en las posibilidades del cine para cambiar el

mundo y la sustituyen con una potente voluntad de desobedecer. Por esa razón estas

películas eluden las explicaciones totalizantes y abrazan la ambigüedad, dedicándose a

interrogar los procesos históricos y políticos en su dimensión humana a través de la propia

materialidad de las imágenes, los cuerpos, el tiempo y el espacio.