El ser humano está vinculado al espacio que habita y transita de forma particular. El espacio nos habla, nos interpela, nos construye. En un mundo en donde cada vez invertimos más nuestro tiempo en entornos virtuales y rediseñamos nuestro trabajo, estudio y diario vivir frente a un computador, se vuelve necesario escudriñar la forma en la que la materia y el espacio influyen en el individuo, ya sea una casa en medio del desierto del Sahara, los paisajes naturales de Laguna Alsina, las calles de Queens en Nueva York o un antiguo edificio en el centro de Bogotá. Los cuerpos y los espacios se entrelazan en una simbiosis activa, en donde las historias de vida se vuelven inseparables del escenario en el que se desenvuelven. Collin Ellard anota en su libro Psicogeografía que “tanto si nos gusta como si no o incluso si somos conscientes de ello como si no, los lugares nos generan sentimientos, dirigen movimientos, nos hacen cambiar de opinión, influyen en nuestras decisiones y a veces incluso nos provocan experiencias religiosas sublimes”. Los espacios en los que transcurren las películas de Paisajes latentes terminan siendo, además de catalizadores del relato, personajes en sí mismos, geografías urbanas o campestres, que desatan tanta atención como los personajes que los habitan o recorren.

Este programa se acompaña de un diálogo, con la participación del director Phillip Warnell.

Jueves 29 de octubre; 6 p.m. (hora Col.) (- 5 UTC) 

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