Ricardo, el padre de la directora y protagonista de esta película, tiene una deficiencia de un neurotransmisor a cargo de la memoria y el movimiento: ha sido diagnosticado con la enfermedad de Parkinson. Este es el punto de partida para quien se ha propuesto servirse de la cámara y el cine como puentes para reconectar los lazos de una familia, que también se han visto afectados, no solo por la enfermedad del padre, sino por la confesada homosexualidad de la hija y el pasado militante de una pareja que quiso ocuparse del país y ahora parece cuestionar el gran proyecto revolucionario del siglo pasado. Imery introduce su cámara en algunas rutinas familiares y de pareja, con el objetivo de catalizar una conversación pendiente y resolver algunas inquietudes personales, exponiendo un retrato de familia a través del cual se revela también un contexto social y político contemporáneo.


Reseña: Andrés Suaréz