En Colombia, detrás de todo líder o lideresa siempre hay Una familia colombiana. Esta película nos muestra esa cara que suele pasar desapercibida, esa parte de la vida que muchos sacrifican a una causa, a todas luces justa, necesaria. Desde la intimidad que solo permite el documental hecho con paciencia, amistad, cercanía y prudencia, enfrentamos una realidad que nos cuesta comprender, pues rara vez pensamos en quienes lloran a los líderes que asesinan a diario.
Vemos cómo ser defensor de derechos humanos es una vocación con muy pocas garantías. No existe lógica, no valen amenazas ni razones de peso para abandonar la causa. ¿Vale la pena sacrificar el tiempo y la tranquilidad de la familia para defender los derechos de “otros”? ¿Qué sería de los derechos de las mayorías sin el sacrificio de unos cuantos? Detrás de cada líder o lideresa, siempre hay una comunidad.
Reseña: Juan Manuel Peña Gómez