Después de La televisión y yo (2002) y Fotografías (2007), Andrés Di Tella vuelve sobre su historia familiar en Ficción privada (2019). Su emotiva mirada al pasado nos regala un documental conmovedor y reflexivo, y, si se instaura un clima de complicidad al embarcarnos a través de sus imágenes, es porque nos hace partícipes de un interés por la vida de nuestros progenitores. El director observa con acierto que no sabemos muy bien si son nuestros padres quienes nos imaginan o si somos nosotros quienes los imaginamos a ellos. Así, esta ficción privada resuena como una elegía que, en lugar de lamentarse, recubre con cariño las ausencias, abraza las presencias y habita las incógnitas del pasado, aproximándolas a una actualidad latente. Di Tella confía a una pareja de jóvenes actores la tarea de encarnar la energía vital de sus progenitores. Se sirve de cartas, material de archivo y fotografías para escudriñar los tiempos pasados. Todo este material enriquece un documental que, además, aborda con sutileza algunas de las contradicciones y luchas que definieron el siglo XX. La canción She brings the rain, de Can (la banda alemana de krautrock), cierra esta trilogía que lidia con la muerte mientras se entrega a exaltar la vida.
Reseña: Juan Pablo Franky